Mis hijos, cuando eran pequeños, se pasaban media vida cantando. Al numeroso repertorio aprendido en casa (ya escucharon sus primeras canciones durante su vida prenatal) se fueron incorporando las que cantaban en la escuela infantil; ¡qué ilusión me hacía que fueran ellos quienes me enseñaran a mí canciones que no conocía! A día de hoy, algunas de ellas todavía forman parte de mi repertorio de las sesiones de Estimulación musical para bebés y de Música en familia
Las canciones son una herramienta valiosísima para la educación global de los niñ@s. La incorporación de éstas en la vida cotidiana de los más peques (tanto en la escuela como en casa) les aporta numerosos beneficios (tanto a nivel musical como extramusical) tal como ahora explicaré.
Como todos sabemos, una canción se compone de dos elementos fundamentales: la letra (que implica, a su vez, el ritmo) y la música (es decir, los sonidos que se suceden).
Las letras de las canciones favorecen, en los niños, el aprendizaje de diferentes cuestiones. Por un lado, éstas les ayudan a aprender, con total naturalidad, conceptos/elementos básicos de la vida como:
- Las letras
- Los números
- Los colores
- Las cuatro estaciones
- Los días de la semana
- Las partes del cuerpo humano
- Los animales
- La naturaleza (árboles, flores, vientos, ríos, montañas…)
- …etc.
Éstas también se hacen eco de otras manifestaciones cotidianas de su entorno, como las fiestas y tradiciones populares, los oficios o las leyendas (entre otras muchas).
Asimismo, gracias a la «naturaleza» de las canciones (letra que va «acompañada» de una entonación musical) estimulamos en los niños el proceso de aprendizaje tanto del habla como de la lectura. En este sentido, Stefan Koelsch, doctor en neurociencia (además de músico y psicólogo) afirmaba en una Contra de La Vanguardia (que podéis leer aquí íntegramente), que «los niños a los que se les estimula el lenguaje musical aprenden más rápido los procesos del lenguaje, los matices, la sintaxis y la habilidad de escucha y tienen menos problemas de dislexia».
De hecho, mediante las canciones, no sólamente favorecemos el habla y la lectura de la lengua materna, sino que también podemos acercar al niño, de manera muy natural, a cualquier idioma extranjero cantándole (o poniéndole grabaciones) de melodías en otras lenguas.
De hecho, las canciones son la base de la educación musical y, por tanto, deben tener un papel protagonista en las clases de iniciación a la música (tanto en la escuela ordinaria como en las escuelas de música y conservatorios).
Las canciones contienen todos los elementos del lenguaje musical (ritmo, melodía, armonía, forma, modo, tonalidad, compás, matices…etc, etc). Cuando un niñ@ canta, se va empapando de todos ellos de manera espontánea, fácil y natural.
Posteriormente, estos conceptos se explicarán de manera teórica, así que, si el niñ@ se ha musicalizado mediante el canto, éste los asimilará sin dificultades; por el contrario, si ha cantado poco, probablemente presente problemas para entender los conceptos musicales teóricos, por un lado, y para realizar ritmos correctamente, entonar bien o concebir globalmente la forma de una obra (entre otros), por el otro.
Así pues, es importante entender que un niño que canta (y escucha cantar) muchísimo durante su más tierna infancia tendrá un bagaje musical sólido para afrontar con éxito la educación musical futura.
Además de todos los beneficios mencionados hasta ahora, quisiera añadir que, mediante las canciones, los niñ@s:
- Aprenden a utilizar correctamente su propia voz, un instrumento único e intransferible que todos tenemos (y que constituye una de nuestras señas de identidad).
- Estimulan su oído (y, por tanto, su cerebro) y su memoria.
- Mejoran su expresividad: las canciones son un vehículo de expresión que permiten a los niños canalizar sus emociones y sentimientos.
- Son más felices. Como dice el dicho «quien canta, su mal espanta». Cantar es saludable emocionalmente; nos ayuda a sentirnos bien.
Sin duda, las canciones infantiles son pequeñas obras de arte, «patrimonio de la humanidad», que, a pesar de su sencillez formal, abren las puertas de la sensibilidad, la expresión y el conocimiento a quien las canta y las escucha.